Manual de buenas prácticas de hostelería (III): productos
Cumplir los estándares que marca la ley es muy importante para garantizar la calidad de los productos que se ofrecen en los establecimientos de restauración, ya sean restaurantes o supermercados.
Desde septiembre en el blog de EHOSA hemos venido publicando una serie de artículos a modo resumen sobre las recomendaciones que hace la Federación Española de Hostelería para nuestros negocios.
Hacer las cosas como creemos, a veces no es suficiente, ya que tenemos que tener presente las diferentes características normativas que afectan a cada una de las tipologías de productos que conviven a diario en un establecimiento de hostelería.
Como ya adelantábamos en los anteriores cuadernos publicados en el blog, las acción personal y sobre todo la formación son la clave para capacitar a todos aquellos que participan diariamente de la elaboración y servicio en las salas, barras o cocinas.
En el primer artículo de esta serie de Manual de Buenas prácticas de hostelería, podías leer sobre las recomendaciones relativas al establecimiento, el segundo de estos artículos hablaba sobre tabaco y personal y hoy, en el tercer texto sobre las buenas prácticas en hostelería hablamos sobre productos.
Todos los productos deben ir correctamente etiquetados
Cuando vas a comprar un producto a un establecimiento, éste debe incluir toda la información relevante sobre su composición en la etiqueta, de maneras que puedas saber, por ejemplo, si contiene sustancias a las que puedas ser alérgico.
La ley establece que todos los productos que se comercializan en España deben incluir la información que aparece en las etiquetas en castellano y, si estás dirigidos a una comunidad con lengua cooficial, también en la que corresponda.
Además de constar en el envase del producto su composición y no solo en castellano, sino si fuera pertinente en los idiomas que se hablen en esa comunidad, también deberá aparecer el precio de forma visible y con el IVA incluido.
En este sentido, también puede aparecer el IVA desglosado, pero lo importante es que el cliente que va a comprar ese producto envasado pueda ver claramente cuál es el precio de lo que va a adquirir.
Por último, si hablamos de envases de productos y etiquetas, debes saber que hay productos que tienen que llevar el marcado CE. Este marcado CE asegura a tus clientes que es un producto que cumple los requisitos legales y técnicos mínimos en términos de seguridad pactada por los países de la Unión Europea.
Puedes optar también por el código de barras EAN 13, que aunque no es obligatorio es recomendable al 100%, ya que facilita mucho la información sobre el producto al consumidor. EAN 13 es un código alfanumérico que identifica productos de la Unión Europea con un código de país, de empresa, ciudad producto etc…
Registro sanitario y productos de fuera de la Unión Europea
Todos los productos tanto alimentos como bebidas, deben estar inscritos en el registro sanitario. Es muy importarte asegurarse de esto porque la responsabilidad recaería sobre el propietario en caso de incumplimiento.
La excepción sería para aquellas empresas que en el mismo establecimiento elaboren ese producto, lo envasen, almacenen y sirvan. En este caso será necesario otro tipo de documento, ya que necesitarán una autorización sanitaria de funcionamiento antes de comenzar a realizar esta actividad.
En cuanto a los productos procedentes de fuera de Europa, entran en juego las aduanas y las normativas europeas, que regulan la entrada de todo tipo de productos alimentarios que provienen de fuera de nuestro continente, para de este modo evitar cualquier problema salubre.
¿Conocías estas recomendaciones sobre productos de la Federación Española sobre Hostelería?ç
Puedes leer el documento completo aquí.
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Inspeccion de sanidad me pide manual de buenas practicas y aunque totalmente recomendable ,es obligatorio por ley?. Es una cafeteria.Gracias
Buenos días Rosa, como establecimiento de hostelería es necesario que se lleven a cabo los procesos necesarios para el desarrollo de una APPCC, Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control, lo que conlleva una guía de buenas prácticas por parte del establecimiento aparte de otros procedimientos propios de cada negocio.