En la antigüedad, manjar de los dioses …
22 de Octubre, pleno otoño y semana digna del mes de junio, singular… ¿no os parece?. Sin embargo, las estaciones siguen su curso, ¡no se detienen!.
En Ehosa, hacemos siempre hincapié en los productos para hostelería de temporada, con lo cual hoy vamos a hablar de un fruto seco, las nueces, y de sus bondades y curiosidades, de su versatilidad y por qué no de sus orígenes.
Si os digo la verdad la idea del tema de este post ha sido por un aperitivo puesto en una terraza a 24 grados, un platito con tres cuñas de queso curado con unas nueces por encima regado con un fino hilo de aceite de oliva, me sorprendió, entramos en temporada de nueces con lo cual me pareció un acierto total.
Unos más y otros menos pero ¿a quién no le gustan las nueces? Quedáis exentos de responder todos los que por alergia no podéis ingerir este alimento, pero el resto, pocos, más bien muy pocos dejaréis de levantar la mano.
¿Sabíais que El Nogal, es uno de los árboles con fruto comestible más antiguo del mundo? Se dice que es originario de Persia, aunque otras fuentes sitúan su origen en Asia del este, sureste de Europa e incluso Norte América.
Sus variedades y propiedades
En la época de los Romanos se le consideró comida de los dioses por sus valores y propiedades nutricionales asociadas a la buena salud y al desarrollo de la inteligencia.
En España las variedades de nueces que tenemos son; Baldo, Carca gente, Cerda, Escriba, Villena.
Las variedades de nueces más importantes cultivadas en todo el mundo son la Común, Mayette, Parisienne, Franquette, Hartley, Payne y Eureka.
Sus propiedades nada tienen que ver con la antigua creencia de que se debía a su forma parecida al cerebro, sin embargo su valor es altísimo. De hecho, constituyen uno de los alimentos clave de nuestra dieta Mediterránea. La nuez es el único fruto seco con una cantidad muy relevante de ácidos grasos Omega-3. Son muchos los estudios que atribuyen a estos ácidos grasos la propiedad de reducir el colesterol así como el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Entre 3-4 nueces al día son una muy buena fuente de vitamina B6, ácido fólico, fósforo, magnesio y cobre. Deciros además que las nueces también están repletas de antioxidantes: malatonina y selenio, directamente ligados a la reducción del riesgo de determinados tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas.
Todas las grasas que contienen son grasas buenas, monoinsaturadas o poliinsaturadas, en resumen, ayudan a mantener un corazón sano.
Los formatos son muchos y variados como las podéis encontrar, con cáscara, a granel, en paquetes… Nosotros en Ehosa las trabajamos ya peladas, pensando en vuestra comodidad, en bolsas de 1 kg, de tal manera que para las ensaladas, para salsas de pasta o carne, como decoración de plato y hasta trocéandolas , en sustitución de los atractivos picatostes en una deliciosa crema de calabaza, con sabor a otoño, y cómo no en una espléndida copa de nata montada, ¡placer de los placeres!.
Un maridaje que a mí particularmente me gusta y mucho es el queso con nueces, admite queso de cualquier tipo, esa mezcla de sabor es, en mi opinión exquisita.
En pocos restaurantes he visto este fruto seco en los menús, es momento de introducirlo, es su época y sus beneficios son de gran valor.
Y antes de dejaros con nuestra receta semanal, que ya os he adelantado algo más arriba recomendaros que las nueces NO las metáis en el refrigerador.
¿Recordáis nuestro post de hace unas semanas?… pues sumadlo a la lista de esos alimentos.
Ponedlas, ya sean con cáscara o peladas en un lugar fresco y sin sol directo, de esta manera tendréis nueces frescas para muchos platos.