La pechuga de pollo te llena los depósitos de energía.
La pechuga de pollo es carne blanca, tierna, está entre los primeros alimentos que se les da a los niños. Su sabor es muy suave y agradable y es el bien llamado pan de los deportistas.
Elegir carne de pollo es una opción saludable y asequible para todos los bolsillos. Debido a su equilibrada composición nutricional, el consumo de esta ave, sólo reporta beneficios para la salud, muy digestiva a la vez, por eso cuando estamos malos echamos manos de ella, se recomienda en anémias y trastornos gástricos intestinales.
La pechuga de pollo, la parte más magra del animal, ocupa un lugar de honor en las dietas de control de peso debido a su escaso aporte en grasas. Por su alto aporte en proteínas, es más saciante que otras variedades de carne. Tiene a su favor que es una de las carnes con menor contenido en colesterol y si además lo cocinas con poca sal o ninguna como yo, utiliza ajo molido o pimentón en su lugar y lo acompañas con verduras, estarás elaborando un plato que ayuda a mantener la presión arterial a raya.
Si la incluyes en la cena te ayudará a conciliar el sueño, personalmente hago dieta de choque de vez en cuando, tomo pechuga de pollo con piña y para efectos relajantes la utilizo con frutos secos, queso o nata, de esta forma proporciona vitamina B y magnesio que son nutrientes que favorecen el control del estrés y combaten el nerviosismo.
Si la haces entera golpéala como si fuera un pulpo, pero sin pasarte, así romperás las fibras y te quedará más tierna, procura no cocinarla demasiado, porque cuanto más la deshidrates más se va secando, y si pides que te la piquen cuando la compras, podrás hacer cantidad de platos originales.
El ácido linoleico es esencial para el organismo y por sí solo no es capaz de crearlo, ten en cuenta que está presente en la carne de pollo.
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