Es conveniente utilizar la miel para endulzar.
La miel ayuda a combatir los catarros, al mismo tiempo suaviza nuestras vías respiratorias y arranca la mucosidad. Cambia el azúcar por una cucharada de miel, este es el consejo que siempre nos daba a todos la abuela, nos enseño también a preparar la miel con una infusión de malva y zumo de limón para aliviar la congestión nasal y a tener los labios perfectamente hidratados poniendo cada día un poquito de miel en ellos.
Mi foniatra me invitó a cuidar las cuerdas vocales, mezclando zumo de limón con miel caliente. Tómalo me decía siempre, tragando poco a poco para que se deslice por tus cuerdas, y lo mejor es que hagas gárgaras.
Según la medicina oriental, el azúcar aumenta la mucosidad, por este motivo resulta conveniente utilizar la miel para endulzar, y esconder además los dulces que podamos tener por casa.
Las abejas que fabrican la miel, las melíferas, viven en colmenas todas juntas formando una gran familia y distribuyéndose el trabajo. La colonia está encabezada por la reina que es la que pone todos los huevos, llega a poner entre mil y dos mil diarios. Es fecundada por los zánganos que es la única misión que tienen, no participan en el trabajo de la colonia. Son las obreras las que se encargan de salir y volver cargadas de polen, que es el polvillo del que se forman las semillas y de néctar que es el líquido azucarado que hay en las flores.
Durante el vuelo a su hogar, el azúcar que hay en el estómago de la abeja sufre una reacción química. En la colmena entrega el néctar a otras obreras, que lo almacenan en celdillas abiertas para que se seque. Cuando se ha secado el néctar se le denomina miel, que sirve de producto alimenticio energético para las abejas y está comprobado que para nosotros también.
Las abejas hablan entre sí, por ejemplo, si hay demasiado polen o muy poco en la colmena la información se transmite. Trabajan en equipo, ocupándose cada uno de lo suyo y participando positivamente en lo de los demás, esta actitud les hace triunfar.
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