¿Cuál es la Dieta Perfecta?
Como cada inicio de año, los propósitos de mejorar siempre salen a relucir en el ámbito económico, empresarial, laboral y hasta en el de la de nutrición.
Ehosa como empresa preocupada en la mejora continua quiere dar un paso más dentro de las categorías de los productos para hostelería que comercializa y apoyar y divulgar los beneficios de los hábitos saludables en la alimentación.
Para llevar una alimentación equilibrada y en el caso de los profesionales una elaboración de productos y diseño de menús con un rigor nutricionista, es necesario primero definir el tipo de dieta que queramos elaborar o sobre la que queremos cimentarnos.
Nuestros orígenes nos llevan a adquirir hábitos mediterráneos así como la ingesta de productos de la tierra, pero la globalización ha creado una influencia de otras culturas en la alimentación que ha hecho que adquiramos hábitos a veces no saludables por el hecho de querer llevar una vida alimenticia que no nos corresponde o bien no es la mas indicada desde el punto de vista de la salud.
No queremos criticar no menospreciar las dietas orientales o nórdicas, pero es cierto que todas ellas con rigor y sin abusos nos ayudarán a generar estos hábitos saludables.
Para poder decidir que tipología de Dieta nos viene mejor para cada cuerpo tenemos que definir primero, el tipo de actividad que realicemos o bien la Enseña de nuestro establecimiento para dar a nuestros clientes unos menús específicos, para ello debemos diferenciarlas según varios criterios dietéticos.
Otra cosa es la búsqueda de objetivos concretos como la reducción de peso, pero esto se engloba dentro de la acción individual de cada persona.
En ocasiones se ofrecen dietas muy severas, en otros casos dietas muy abundantes, algunas son balanceadas, otras no, algunas son rígidas en cuanto al contenido de los alimentos y no se pueden modificar, otras permiten un intercambio de alimentos.
Para poder identificar el tipo de menús que vamos a desarrollar en casa o en la cocina profesional es importante segmentarlas dietas en tres categorías.
- Dietas por la estructura de los alimentos.
- Dietas por el contenido de nutrientes.
- Dietas por el objetivo perseguido.
Cada una de las anteriores categorías lleva de forma implícita una forma de elaborar los menús o las recetas para diferentes tipologías implícitas en el objetivo principal.
A continuación desarrollaremos brevemente las características y variedades de cada una de ellas:
Dietas por la estructura de los alimentos
- Dietas fijas o por menú principal: Este tipo de dietas nos establecen “Qué y Cúanto” debemos consumir o elaborar de cada alimento. Son fáciles de realizar y continuarlas pero a la vez muy extrictas, monotemáticas y no debemos ¡Saltárnosla! ni en el consumo ni en la elaboración…
¿Te imaginas un establecimiento de hamburguesas elaborando un día guisos de cuchara…?
- Dietas intercambiables: Este tipo nos permiten cierta flexibilidad en la búsqueda de complementarios, pero con una equivalencia nutricional fijada desde un inicio. Aquí no nos lo saltamos, hacemos excepciones y tenemos un abanico de posibilidades…
Ahora como restaurante si podemos “elegir ese día especial” donde nuestros menus se varian por algo concreto, sin salirnos de nuestro “foco”, dándoles alternativas a nuestros clientes habituales y percepción de “novedad y cambio”
- Dietas “pre‐fabricadas” y dietas de fórmula: En estas se crean las porciones de previamente o bien se añade algun tipo de complemento que sustituye a algún alimento. Claramente destinada a la prescripción de un nutricionista a los usuarios finales. Las personas mayores son asiduos de ellas en las residencias, y las colectividades tambien suelen aplicarlas.
Dietas por el contenido de Nutrientes
- Dietas bajas en calorías: Se trata de restringir la cantidad de alimentos sin tener en cuenta el origen de los nutrientes, para conseguir el objetivo de la restricción calórica. Deben equilibrarse el contenido para que no se produzcan desajustes.
Los menús deben contener en algún grado componentes grasos al igual que los hidratos de carbono, para que el equilibrio del comensal habitual se consiga consumiendo en nuestro establecimiento.
- Dietas bajas en carbohidratos: reduciendo los alimentos que pertenezcan a los hidratos de carbono (harinas, azucares…), pero el efecto proteínico de los que prevalecen así como las grasas de éstos se mantiene.
Eliminarlos por completo de un menú es casi imposible o por lo menos muy complicado, además nos dejarían “vacíos” de equilibrio nuestros platos para un equilibrio nutricional, lo que hace que suelan ser prescritas por profesionales para pacientes específicos.
- Dietas bajas en grasas: en las cuales la reducción se hace más fácil ya que existen sustitutos de éstas que mantienen la “apetencia ” de los alimentos.
Ideales para el control del colesterol y de triglicéricos, así como mucha materia grasa con el consiguiente descenso de peso casi asegurado. De cara al menú profesional nos garantizará la satisfacción de nuestros clientes por valor energético de nuestros platos pero el poco “peso” que nos hacen ganar con el consumo diario…
Por el objetivo de la dieta
- Dietas de reducción, para conseguir la meta de perder peso, pudiendo ser muy variadas pero con la precaución de que este habito no será saludable para el mantenimiento de ésta a medio plazo.
- Dietas de mantenimiento, para conseguir mantener el punto de equilibrio una vez se haya alcanzado una meta inicial. Son mucho menos extríctas y pueden llevarse durante mucho tiempo, incluso años… Aunque su indice de abandono suele ser mayor,…
Los deseos que se nos presentan en el camino suelen poder con el metodismo de una dieta continuada demasiado tiempo…
Ya que sabemos y tenemos definidas cada una de ellas, podemos definir el equilibrio en una combinación de Dietas que nos den un habito saludable en el día a día o bien sean generadoras de menús nutricionalmente sanos para nuestros comensales y poder garantizar su satisfacción.
En este punto vuelve a nuestras cabezas la tantas veces alabada Dieta Mediterránea que sabiéndola gestionar, preparar, elaborar y dosificar nos llevaría a un punto de unión de lo sano y lo equilibrado a la vez que diferenciador de las tediosas dietas especificas.
Os mostramos a continuación un gráfico muy esquemático de cúal debe ser la frecuencia de elaboración y por ende consumo de cada ingrediente para llevar un habito saludable en la alimentación.
Un buen Recetario nos ayuda a mantener el equilibrio y la variedad y suple la falta de inspiración repentina que se hace necesaria muchos días de trabajo. Queremos facilitar esta labor y por ello semanalmente publicamos en el Recetario Profesional de Ehosa muchas ideas de elaboración de productos para hostelería muy recomendables y que aportan todo lo necesario para ser ingredientes principales de cualquier plato.