Costillas de antes… y de ahora
“Desde la cabeza hasta el rabo todo es rico en el cerdo” , no se me ocurre otro comienzo. En España, este animal y todo en él ha formado parte de nuestra cultura alimenticia, llegando a ser desde tiempos ancestrales una tradición arraigada que se resiste a desaparecer, pese a la estricta regulación legislativa y sanitaria.
Antaño suponía un hecho imprescindible para muchos hogares españoles ya que constituía su subsistencia garantizando el alimento durante gran parte del año. No es algo extraño, en otras culturas ocurría y ocurre lo mismo, quizás con otro animal por diversos motivos.
Hoy vamos a hablar de las costillas de cerdo, cuyo uso principal entonces era como ingrediente de los potajes, de esos platos de cuchara que reponían cuerpo y alma por su contundencia y sabor. O bien se dejaban macerar con un adobo preparado con esmero y luego se asaban.
Es curioso, ¿sabíais que por su alto contenido en vitamina B1.
Tal es el caso de las sabrosísimas costillas a la barbacoa con tinte puramente americano. Sabores desconocidos para nuestro paladar que desde hace años nos sorprendieron y nos hicieron repetir, no de forma habitual, pero por paradójico que resulte yo diría que ocasionalmente usual. Hoy en día los tiempos van cambiando y las influencias externas no sólo han llegado a nuestras mesas sino que se han instalado y por qué no decirlo nos han gustado. Motivo por el cual, las hemos incorporado a nuestras costumbres y a nuestro modus operandi.
En norteamerica es de los platos más conocidos y disfrutados socialmente, en el sur es muy practicada la técnica de la barbacoa abierta, al aire libre, entendido como una celebración conmemorando desde simplemente que es fin de semana hasta un gran día para los americanos como el 4 de Julio.
Nosotros desde Ehosa os proponemos una variante para vuestros menús, la acogida ya la tenéis garantizada a juzgar por el éxito de su comanda en los establecimientos donde ya las ofrecen.
Lo bueno y novedoso de nuestro producto es que estamos hablando de quinta gama, en porciones individuales y además congelado, con lo cual, del congelador va directamente al microondas/horno y al plato, listo para ser saboreado.
No dejéis de darle una oportunidad, el formato es correcto y la sencillez hoy en día es igual a eficiencia para atender otros platos del menú que si requieran más tiempo. Al final optimizar los recursos es algo que te permite acercarte con mayor seguridad al éxito. Por no mencionar el que los gustos y las tendencias van cambiando y hay que estar como dirían los americanos en la brecha. Apuesto a que lo convertís en plato semanal.
Esta vez se me ocurren muchas sugerencias para acompañar nuestro plato del día, así que, que mejor opción que dejarlo a elección de los comensales.
Animaos y no dejéis de contarnos si habéis añadido algún ingrediente que de color y encaje muy bien en el conjunto.
Espero vuestros comentarios y, como es de rigor, os deseo que tengáis el día que vosotros decidáis tener.