¿Cómo reducir los costes de tu establecimiento hostelero?
Dar un buen servicio para conservar clientes y atraer a otros nuevos. Este es el objetivo de cualquier establecimiento hostelero.
A veces, eso sí, los esfuerzos y el capital que tienes que emplear para llegar a tu meta van acompañados de una creciente sangría de dinero que no solo te lleva a registrar pérdidas, sino a poner en peligro la sostenibilidad y futuro de tu negocio.
El sueño de todo establecimiento hostelero, que se encuentra ante esa tesitura, es cumplir con el Principio de las tres B, bueno, bonito y barato.
Sin embargo, si quieres dar un servicio inmejorable, existe una serie de gastos que no te puedes ahorrar, como los de contratar al mejor personal o comprar materia prima de calidad.
Entonces, ¿de qué manera puedes reducir costes? A continuación, te damos las claves.
Menos es más… también en la gestión de tu negocio hostelero
En el mundo de la hostelería, existe una serie de leyes de cortesía no escritas que debes cumplir para ser considerado un negocio amable que sabe tratar a los clientes.
Sí, esto no va a cambiar, pero lo que puedes hacer es seguir esas pautas en la medida de lo posible. En definitiva, adaptarlas a tu situación económica del momento y mantenerlas, más o menos, siempre para contener gastos. Nos referimos a:
- Potenciar tu creatividad para, al final de las comidas, convidar a tus clientes con buenas, pero baratas preparaciones. ¡Qué den el pego! básicamente. Y, por supuesto, nada de regalar botellas de buen vino a no ser que la cuenta sea estratosférica.
- Sin perder de vista tu imaginación, reducir el número y tamaño de los alimentos que componen tus platos. Cuanto más pequeños sean, más durarán y menos comida tendrás que tirar porque los clientes no puedan con ella. Así que, sí, en este caso, el tamaño importa. Eso sí, hazlo con cabeza. No te pases a la moda minimal si siempre has sido de ofrecer comidas copiosas.
- Meter la tijera en tu carta. Sí, a veces, los recortes son necesarios. Haz un estudio sobre los platos menos demandados de tu carta y analiza cuánto te cuesta prepararlos (tiempo y dinero). En función de los resultados que obtengas, sabrás qué platos deben desaparecer de tu carta y cuáles no.
Cuestiones prácticas, las grandes olvidadas en la reducción de costes
Además de apostar por la eficiencia energética, que es vital para ahorrar, existe otra serie de cuestiones, que de tan básicas, son las clásicas en las que no sueles caer en la cuenta:
- Adapta los uniformes de tus empleados a las estaciones. De esta manera, ahorras dos cosas importantísimas: tiempo y gastos de contratación. Te lo explicamos. Si, por ejemplo, hace mucho calor y tus camareros llevan un uniforme de manga larga, sudarán mucho. Como consecuencia, beberán más agua (como bien sabes, no es gratis), pararán más rato para quitarse el sudor y los platos llegarán más tarde a los clientes… Parecen naderías, pero suponen pérdida de tiempo y dinero. Algo similar ocurre en invierno, solo que, entonces, los cambios de temperatura pueden provocar catarros y gripes. Gracias a esas enfermedades, deberás contratar a sustitutos de tus trabajadores de baja.
- Controla las fechas de caducidad de tus productos y, de paso, realiza pedidos más acordes a tus necesidades para que no tires alimentos caducados.
- Olvida anunciarte en los medios tradicionales y hazte un blog. Es infinitamente más barato que salir en la televisión, en prensa o en la radio y te puede traer muchos más clientes a tu establecimiento.
Por último, solo nos queda recordarte que, a la hora de optimizar tus recursos, acudas a nuestra tienda on line de productos para hostelería, que, además de estar siempre abierta, registra tus consumos habituales, tus facturas y demás para agilizar tus pedidos.
Sin duda, otra manera de reducir costes.
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