Cómo montar la tabla de quesos perfecta en tu local
Como aperitivo, como cena informal e incluso como postre, una tabla de quesos es el plato estrella en cualquier restaurante.
Si incorporas esta opción a tu carta habitual, tus clientes seguro que la pedirán frecuentemente.
Y es que los amantes de los quesos siempre agradecerán tener esta alternativa en cualquier establecimiento.
Pero, ¿cómo debes preparar esta tabla? ¿colocando los quesos de cualquier manera? ¿combinando suaves y fuertes? ¿únicamente quesos fuertes? ¿y si pongo uvas para acompañar?
A continuación, te damos las claves para triunfar con la tabla de quesos perfecta. Aquella que tus consumidores no olvidarán tan fácilmente y permanecerá por mucho tiempo en su cabeza.
Pregunta a los clientes cuáles son sus quesos preferidos
Lo más adecuado es preguntar a los consumidores cuál son sus preferencias en cuanto a quesos, los prefieren más suaves, más fuertes, de untar, de cabra, de oveja, etc. No significa que vayas a partir solo un tipo, pero si centrarás más la atención en los que ellos deseen.
Una clasificación que puedes proponer en tu carta puede ser por familias de queso:
- Quesos frescos (como el Queso de Burgos).
- Quesos de pasta blanda de corteza enmohecida (Brie, Camembert…).
- Quesos de pasta prensada no cocida (Manchego, Zamorano, Roncal, etc.).
- Quesos de pasta azul (Cabrales, Gorgonzola…).
- Quesos de cabra.
- Quesos de pasta blanda y corteza lavada (Pont-l’Évêque).
- Otros quesos: aquellos que tienen alguna peculiaridad, como por ejemplo diferentes especias (azafrán, pimienta, hierbas, etc.).
A partir de estas grandes familias, ya puedes empezar a jugar con tablas. Recuerda que las combinaciones son infinitas. Pero, con que haya aproximadamente 5 variedades, el plato será perfecto. Lo recomendable es que haya quesos de las tres leches, cabra, vaca y oveja para que la degustación sea más enriquecedora; y con diferentes texturas y puntos de dureza (tierno, curado, azul…).
Recuerda que los quesos hay que servirlos a temperatura ambiente, así que procura no sacarlos de la nevera, ya que perderán parte de su sabor y no se apreciarán todos sus matices en boca.
Si sirves este plato en una tabla de pizarra negra, que ahora se lleva mucho, los tipos de queso destacarán mucho más que si los presentas sobre un fondo blanco o de color claro. Y ya sabes que “uva y queso sabe a beso”, así que puedes establecer esta fruta a lo largo de la tabla para enriquecer su sabor.
Una alternativa que incita a comprar quesos
Una tabla de quesos también puede ser una forma de que los clientes prueben muchos de ellos y les apetezca comprar el que más les haya gustado. Lo ideal sería, además de ofrecer estos quesos como plato, vender todos ellos a petición de los consumidores. Esta puede ser una buena opción para aumentar tus ventas y tener completamente satisfechos a tus clientes.
También puedes organizar una cata de quesos, una opción ideal para otorgar un valor añadido a tu restaurante. Establece, por ejemplo, dos días en semana una cata y organiza grupos (lo ideal es de 5 a 8 personas para una atención más individualizada).
Para dar a conocer estas catas, una buena opción de hacerlo es mediante portales de descuento como Letsbonus, Groupon o Groupalia, puedes anunciar tu oferta en estas páginas y notarás cómo tu local se da más a conocer y cómo aumentan tus ventas.
¡La tabla de quesos es un placer para los sentidos!
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