¿Cómo conservar los quesos para explotar todo su sabor?
Jamón ibérico, vinos, aceites de oliva… son muchos los alimentos de nuestro país que conquistan a los paladares más exigentes.
Pero, si hay un producto estrella en España ese es el queso. De cabra, de oveja, de vaca… tenemos muchísimas variedades y todas ellas exquisitas.
Por ello, debemos aprovechar este magnífico ingrediente para potenciar todo su sabor y, para conseguirlo, tenemos que saber cómo conservarlos de la mejor forma.
Las tablas de quesos en los establecimientos de hostelería están ganando mucho terreno y cada vez son más los restaurantes que se suman a ofrecer esta propuesta en sus cartas. Más fuertes, más suaves, acompañados de uvas, de aceite de oliva…
¡La variedad es inmensa! Ahora bien… ¿qué debemos hacer para conservarlos de la mejor manera?
Nociones básicas para conservar todo el sabor de los quesos
- Lo ideal es comprar el queso que vayamos a consumir. Es decir, para mantener todo su sabor, debería poder consumirse en pocos días, por eso lo más aconsejable comprar una cuña o medio queso (a no ser que se vaya a degustar entre muchas personas). Por ejemplo, los quesos poco curados, los de pasta blanda y los bajos en grasas no se recomienda conservar en frío más de 15 o 20 días.
- La temperatura ideal para mantenerlos es de 10-12 grados centígrados y una humedad ambiental de 80-85%. La zona más adecuada para los quesos es la zona delantera inferior de la nevera, ya que es algo menos fría. Eso sí, recuerda que para consumirlos, debes sacarlos entre 20-30 minutos antes, tus comensales te lo agradecerán. Esto se llama: “atemperar”.
- El frío en exceso no es adecuado, ya que el producto pierde su sabor. Dependiendo el tipo de queso, puede conservarse en la nevera o no. Por ejemplo, la torta del casar no tiene que conservarse en la nevera, ya que desaparecería su característica untuosidad y sabor.
- Evita los envoltorios de plástico, dado que el queso es un alimento formado principalmente por grasa, éstas pueden absorber el plástico, algo nada bueno para nuestra salud. Por este motivo, es mejor conservar los quesos en envoltorios que permitan la transpiración como el papel de horno.
- ¡Un truco! Cuando el queso lleva mucho tiempo en nuestras neveras, puede aparecer moho. Si no quieres que aparezca este molesto recubrimiento velloso, lo que debes hacer es envolver el queso en un paño humedecido con agua y sal. Los quesos frescos son los que tardan menos en enmohizarse, por eso hay que meterlos en una fiambrera o en cualquier otro envase con papel de cocina para absorber el líquido que soltará.
- Si no quieres complicarte demasiado, recuerda que las queseras son la mejor forma de conservar los quesos.
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Además con estos consejos prácticos de conservación, los tamaños y formatos de nuestras variedades de quesos no son impedimento para que puedan estar en perfecto estado mucho más tiempo.
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