3 ideas innovadoras para inspirarse en el ámbito de la hostelería
Para hacer único y exitoso un negocio de hostelería debe apoyarse en la innovación, la creatividad y el esfuerzo
Innovar en un bar, restaurante o cafetería no solo debe vocalizarse en el producto, la propuesta de valor también debe incluir la fidelización y el servicio.
Crear y cocinar siempre es importante, pero acompañado de una buena estrategia de marketing gastronómico podremos crear un triangulo perfecto que pone en unión a la la oferta culinaria, con la repetición de nuestros comensales, así como con la tan buscada satisfacción del cliente.
En el artículo anterior ahondamos en la importancia de la proyección y las propuestas para garantizar el éxito del un proyecto de hostelería, y hoy vamos más allá, queremos que el contenido sea “especial” y “garante” de continuidad
Veamos esos tres puntos fundamentales para potenciar un negocio Horeca.
1. El valor que ofrece la tapa como fidelizador de clientes
Cuando hablamos de tapa nos referimos, aquí en España, a un aperitivo que se sirve en la mayor parte de los bares o restaurantes junto a la bebida; cuando este consumo se convierte en itinerante se le llama tapeo o ir de tapas.
El uso de las tapas se ha convertido en una señal de identidad característica de los bares y restaurantes españoles. Se trata de una modalidad de comida en la que se mezclan infinidad de ingredientes, y en los que prima la libertad de creación.
El objetivo es ofrecer la mejor experiencia a los clientes, con “Delicias” que acompañan a la bebida.
A veces funcionan de manera autónoma, porque el cliente las requiera; en cualquier caso, se trata de manjares deliciosos e innovadores, que deleitan los sentidos del consumidor y que, ofrecidos en su cantidad adecuada, dejan un regusto de sabor y satisfacción.
También es importante la calidad de los productos; se trata de un factor clave a la hora de ofrecer una tapa que sobresale por su excelencia.
En el ámbito del tapeo, existen numerosas opciones. Aquí van algunas:
- Tapa de salmón ahumado y queso de untar.
- También está la de atún, que muchas veces se ofrece con huevo hervido relleno de atún;
- Así mismo es muy recomendable la de pulpo y crema de patata, así como la mini hamburguesa o el sushi maki.
- También hay opciones más clásicas, como la de patatas bravas, el bocata de calamares, la ensaladilla rusa, los torreznos, las alitas de pollo o las croquetas, entre otras.
2. Desarrolla ideas para incrementar el grado de satisfacción del cliente
La experiencia del cliente, lo que se conoce en el ámbito anglosajón cómo customer experience, consiste en generar un compromiso con la persona a la que atendemos.
El reto se centra en tratar a la persona a la que recibimos en nuestro local de manera auténtica, al tiempo que se empatiza con sus gustos, deseos y necesidades.
Asimismo, es importante personalizar la comida de acuerdo a las expectativas y necesidades específicas de cada cliente. También es esencial escuchar de manera activa al cliente para aumentar su grado de satisfacción, tanto en persona como en las conversaciones que se generan en redes sociales acerca de nuestro negocio.
En definitiva, prima generar experiencias únicas. En ese sentido, es muy importante conocer y anticiparse a las necesidades de la persona a la que atendemos para conseguirlo.
El objetivo es lograr atraer a una enorme variedad de clientes con diferentes gustos y necesidades, lo que permitirá ampliar nuestro catálogo de posibilidades culinarias, así como el repertorio de respuestas y servicios que se pueden brindar a los diferentes tipos de clientes, en función de su personalidad, intereses, necesidades y requerimientos.
3. Cuidar el valor de los pequeños detalles, que fidelizan a nuestro comensal
Diferenciarse para crear una propuesta que se enmarque en los que denominamos la “experiencia de usuario” ayudará a que nuestro cliente se sienta único y exclusivo.
Estas propuestas suelen redundar en un aumento de su recurrencia, por la tanto apoyan la estrategia de fidelización y satisfacción.
En esa sintonía se enmarca una idea al alza: la de ofrecer toallitas refrescantes antes de comer en verano. El origen de esta práctica tiene que ver con Oriente y consiste en ofrecer a los clientes una humilde toallita mojada en agua helada.
Aparte de hacerles sentir especiales y cuidados, este detalle estimulará a nuestros clientes a pedir platos del menú de verano.
Otro detalle que suelen apreciar mucho las personas que visitan un negocio de restauración es que la carta está adaptada a la estación del año en la que se produce el encuentro culinario.
Por ejemplo:
- En verano es recomendable servir los menús más suaves y frescos. En esta categoría funcionan el gazpacho, la vichyssoise, las ensaladas y las carnes a la plancha.
- En invierno, la cuchara y los asados servidos calientes, ayudan a templar el cuerpo y dotarles de la energía que necesitan para combatir el frio, como las cremas, sopas o guisos.
Tres conceptos que siempre deben tenerse en cuenta, en el origen y durante la evolución de un proyecto hostelero que siempre pueden adaptarse o variarse según el momento, pero sin perder la esencia de los mismos.